viernes, 8 de marzo de 2013


EDUCACIÓN SUPERIOR EN EL MARCO ACTUAL DE CRISIS ECONÓMICA

Los continuos cambios normativos, las políticas de recorte de gasto, así como el creciente interés en la gestión de la calidad o la excelencia, podrían constituir el marco general en el que se encuentra la Universidad en estos momentos. Para afrontar estos restos, hemos dividido este post en tres áreas, dentro de las muchas que podríamos abordar.

1)   La primera de ellas se centra en el papel económico y social de la Universidad

El primer planteamiento que cabe establecer al hablar de la Universidad en general, y de la española de un modo particular es el peso de los Universitarios en la sociedad. Para ello debemos de analizar si hemos pasado a “producir” demasiados titulados y por otra parte ¿cuáles son sus aportaciones a la sociedad? .
Los sistemas de educación superior en la mayoría de los países experimentaron una expansión vertiginosa a partir de la década de los 80. El volumen de matrículas se vio incrementado en gran medida. También aumentaron notablemente el número de universidades, así como el número de titulaciones. En la sociedad del conocimiento, éste,  debería de crecer en progresión geométrica para adaptarnos a las demandas de la sociedad, generando nuevas Profesiones, Títulos e Ideas en general, mientras que los recursos disponibles no sólo no crecen, si no que nos encontramos en estos momentos con una recesión en los mismos. Del mismo modo, la inminente internacionalización del sistema educativo nos lleva a crear los nuevos sistemas de enseñanzas adaptados al EEES de tal manera que consigamos la globalización de los estudios a nivel europeo y con ello una mayor transferencia de profesionales en los mercados laborales en el ámbito profesional y técnico en todo el territorio europeo. Esto implica un nuevo proceso de cambio añadido. La Estrategia Europa 2020 propone que el 50% de la población disponga de algún titulo superior, esto implica la necesidad de potenciar el papel de las Universidades como generadoras de conocimiento, y por tanto de desarrollo económico. Esta situación de expansión de los estudios universitarios, ha llevado a una progresión creciente en toda la UE, y más concretamente en España, donde en 10 años ha subido 10 puntos el porcentaje de población con titulo superior, Cifra que se eleva al 34% si consideramos a los más jóvenes, entre 25-34 años. Tal y como hemos señalado, deberíamos alcanzar el 50% de población (cuando menos entre los jóvenes) en el 2020


¿Es eficiente nuestro sistema de enseñanza Universitaria? Los indicadores disponibles señalan que no lo es menos que los países del entorno. Así el número de estudiantes que finaliza en el tiempo previsto es mayor que la media de la UE. Aunque un 30% abandona sus estudios, la mayoría cambian de titulación, por lo que la tasa de abandono total es del 12% . ¿Porqué abandonan su primera opción? y el análisis por títulos, no sólo a través de cifras agregadas es imprescindible.


La Universidad: ¿Ejerce un papel redistributivo?: ver post anterior


Por otra parte, los beneficios que la educación presenta en el individuo y en la sociedad son incuestionables, así numerosos estudios OCDE demuestran que los individuos con mayor nivel educativo viven más años, están más satisfechos con la vida y cobran mayor salario. Sin embargo, la educación ejerce un papel muy positivo para la sociedad en  general, generando sociedades con mayor capital social, y por lo tanto más cohesionadas y justas.

2) Gasto/ Inversión en educación

Una vez analizado el papel de la Universidad, el siguiente paso es ¿cuánto nos cuesta? Sería interesante separar entre ramas ¿qué es lo que recibe cada alumno en las diferentes titulaciones? En este punto podríamos empezar a pensar si hemos reproducido títulos de modo innecesario y si tenemos todos los que la nueva sociedad del conocimiento precisa. Se trata de una Inversión no de un Gasto, pero, es ¿un gasto en docencia? ¿en investigación? Básicamente el presupuesto de las Universidades es masa salarial. El gasto en educación universitaria  en %PIB  (1,1%) se sitúa en España entre los más bajos de la OCDE. Esta cifra mide el “esfuerzo educativo”, en un país en el que el PIB per cápita tampoco en muy elevado, sin embargo el resultado final es un gasto por alumno mayor que en los países de nuestro entorno; similar a países más avanzados o que dedican una mayor porcentaje del PIB. Sería interesante separar entre ramas ¿qué es lo que recibe cada alumno en las diferentes titulaciones? En este punto podríamos empezar a pensar si hemos reproducido títulos de modo innecesario y si tenemos todos los que la nueva sociedad del conocimiento precisa. Pero ¿por qué tenemos mayor gasto por alumno que en función del PIB? Esto es debido a que no entran en la Universidad demasiados alumnos, sino que el ratio de entrada sobre su grupo de edad, ha crecido muy poco en los últimos años. Lo que implica que tenemos menos alumnos en la Universidad que los países más desarrollados. Este hecho que parece cuando menos extraño, llevaría  pensar en qué titulaciones están matriculados los alumnos, ¿son las que precisa el mercado? ¿es necesario que lo sean? ¿por qué no tienen trabajo nuestros titulados sino “producimos” más que otros países…

Si analizamos la evolución de las tasas de paro en España, podríamos hablar de un colapso en la contratación de jóvenes. No  es tan sólo un problema de destrucción de empleo entre la población que tiene estudios superiores (  De 30 a 44 años la tasa paro Universitaria es del 12%, pasando al 7% a partir de esa edad). No generamos puestos de trabajo para los jóvenes, y tampoco para nuestros titulados, creándose una bolsa de universitarios que no logra encontrar un lugar en el mercado. La tasa de paro entre los universitarios es la más baja y menor que a mediados de los 80, El 12,5% de los parados son universitarios y optan al 49% de las ofertas de empleo. Si no tenemos más titulados qué otros países debemos de analizar el problema de la empleabilidad.


3) Gestión de la Universidad y los recursos públicos

En esta última parte de la exposición nos centraremos en el doble papel que tiene la Universidad en Docencia e investigación . ¿Podemos  separar esos dos papeles? Hay Universidades o Centros orientados a una u otra área. ¿Es posible una carrera académica en la que tengan el mismo peso docencia/investigación/gestión?  Deberían optar los profesores por especializarse en alguna de esa áreas ¿cuánta carga de trabajo de CALIDAD puede soportar cada una?. ¿Podemos  separar esos dos papeles? Hay Universidades o Centros orientados a una u otra área. ¿Es posible una carrera académica en la que tengan el mismo peso docencia/investigación/gestión?  Deberían optar los profesores por especializarse en alguna de esa áreas ¿cuánta carga de trabajo de CALIDAD puede soportar cada una? .Con el proceso de Bolonia hemos copiado un modelo anglosajón en un sistema de organización  rígido, en el que el personal y los alumnos de cada titulación deben de filtrarse por un mismo embudo. Todo ello con dimensiones y medios diferentes entre centros.

Integración en la sociedad

Las universidades y  las empresas comenzaron  como polos opuestos, puesto que las universidades tenían como único fin la búsqueda del conocimiento y de la cultura mientras que las empresas tenían como fin prioritario y prácticamente único los beneficios económicos. Es por ello que en un principio resultó un poco extraño pedir a las universidades que actuasen basándose en criterios de eficiencia y productividad, pero esto ha ido cambiado a lo largo de los años y en la actualidad tanto la eficiencia como la productividad son don puntos fundamentales en el sistema educativo. ¿Son incompatibles un sistema basado en el conocimiento y la cultura con u planteamiento económico de su gestión? Es importante señalar que es vital para el sistema educativo y para la economía del país conseguir un perfecto engranaje entre la oferta de titulaciones y la demanda de mercado y que ambos factores son los que se deben conseguir aplicando los sistemas de calidad de forma adecuada. No por ello todas las titulaciones, centros o Universidades deben de tener los mismos objetivos. Se trata de proponer una especialización para lograr prestar unos servicios públicos de modo eficiente, en aquellas área (docente/investigadora/reflexión cultural…) en la que puedan aportar más y mejor.

 Isabel Neira